miércoles, 18 de mayo de 2011

ULTIMATE THOR



Hace eones Odin logra un pacto con los gigantes de hielo consagrando a sus mejores hijos Thor, Loki y Balder.
En 1939 el varón zemo invade Asgard en busca del ragnarok y el poder de los dioses
Hoy un hombre llamado Thorlief Golmen es el candidato para la iniciativa del supersoldado Europeo y asegura ser el dios del trueno Thor renacido en la tierra.
Tres historias que te llevaran a ver el origen de Thor en el universo Ultimate.

EL DATO: Unos comics muy buenos y entretenidos que nos llevan a través de las paginas de The ultimes a conocer el origen del dios del trueno en esta fresca versión.
Thor aparece como un activista ecológico, al cual no le interesa pelear dejando en duda si esta loco o si dice la verdad, recién seria en el cap final de la saga de los ultimates donde veríamos como todas las piezas del rompecabezas se unen…aunque en realidad nos faltaba un pedazo de la historia, siendo esta miniserie de 4 comcis la que complementa la historia, aunque también se puede leer independientemente.
Grosísimos los trazos de pacheco y las peleas contra los bichos de hielo, además del re diseño de personajes que pone a Carlos en el podio de mis dibujantes de superhéroes preferidos.

El sello Ultimate ha sido, con diferencia, el más duradero de cuantos se han experimentado en las oficinas de Marvel. Diez años es una marca a tener en cuenta, si tenemos en cuenta los tres años que duró el flamante Nuevo Universo de Jim Shooter o los cuatro de Marvel 2099. En este tiempo, los caracteres desarrollados como versiones actualizadas de los principales personajes de la editorial estadounidense han conseguido hacerse un hueco en un mercado que no siempre admite la coexistencia de dos personajes cuyo nicho ecológico es coincidente, y además convertirse en la versión de referencia en otros ámbitos del entretenimiento como los videojuegos, el cine o la animación. Sin embargo, este éxito no se ha dado en todas las iniciativas que han visto la luz desde el primer número de Ultimate Spider-Man, pues si bien el propio trepamuros o los Ultimates han conseguido marcar las distancias respecto de los originales, no ha pasado lo mismo con los Cuatro Fantásticos o la Patrulla-X, quizá por el carácter icónico de los primeros y la errática línea seguida por la versión ultimate de los segundos. Diez años después hay quienes opinan que la línea quedó herida de muerte cuando entraron en danza otros guionistas aparte de Brian Michael Bendis o Mark Millar y no son pocos los dedos acusadores que señalan a Jeph Loeb como el principal responsable de la inminente condena del sello. Para otros, se trata de un experimento que ha durado más de lo que hubiera sido imaginable pero que, simplemente, se está agotando. Pese a todo, el primero de los títulos sigue fiel a su cita con los quioscos, batiendo marcas de permanencia y contando las aventuras de un lanzarredes que, fiel a la visión arquetípica de Spider-Man, se ha ido separando lenta pero inexorablemente de la sombra del original. Pocos personajes y colecciones han conseguido esto y quizá solamente se pueda oponer o poner al lado del trabajo de Bendis el que Mark Millar desarrolló en Ultimate X-Men y, por supuesto, en The Ultimates.
El guionista británico se acompañó del dibujante Bryan Hitch para hacer lo más aproximado a una superproducción cinematográfica (por la narrativa) y televisiva (por la estructura de la historia en la forma de dos maxiseries de doce números) que se ha visto en el mundo de los tebeos. Los protagonistas fueron unos vengadores que no se llamaron como tales, pero que reunían a los personajes fundadores de la serie original y a algunos de sus miembros más arquetípicos. Tenemos a Hank Pym y a Janet Van Dyne; a Tony Stark y sus milagros tecnológicos; a Bruce Banner y a su alter ego de mal genio; a Steve Rogers, resucitado de entre los hielos con su traje tricolor; al certero Ojo de Halcón, a la misteriosa Viuda Negra y a los ¿redimidos? hermanos Mercurio y la Bruja Escarlata. En el universo original, mentarlos a todos es enumerar una alineación de libro de los Vengadores pero aquí Millar y Hitch se encargan de que, desde un principio queden patentes las diferencias entre los Ultimates y aquéllos. No se trata únicamente del hecho de que el Capitán América se sienta aún más desplazado porque han pasado sesenta y no veinte años desde que quedara congelado cual cherne, sino que presenta unas actitudes mucho más duras y rígidas que su contrapartida de la Tierra 616. Iron Man sigue dándole al pimple cosa mala en sus ratos libres y no libres, pero no se presenta ello como un problema sino como un rasgo de carácter al que Stark no piensa renunciar. Hank y Jan también tienen problemas como pareja, pero Millar consigue que, en definitiva, lo que originalmente se presentara como trágico aquí sea singularmente desagradable e inquietantemente realista. ¿Y Thor? El dios del trueno, miembro fundador de los Vengadores, aparece también, pero al igual que sus compañeros de armas, será objeto de cambios, quizá los más profundos.
Uno de los aspectos más problemáticos del manejo de Thor como personaje es su condición de deidad. Aunque en la ficción la condición divina se escribe y se expresa en minúsculas (como corresponde a los dioses que se toman prestados de unas mitologías que los presentan como seres profundamente humanos) la presencia de un ser legendario en una historia que se presentaba en términos pretendidamente más realistas que su fuente de inspiración podía suponer el riesgo de que o bien las pretensiones iniciales se fueran un poco a paseo, o bien la nueva versión se asemejara en demasía al original, con lo que se hubiera convertido en un elemento superfluo. Por otra parte, tampoco parecía buena solución que Thor fuera simplemente el alias de un tipo muy garrulo armado con un martillo muy tocho. La solución pasó por presentar al nuevo tronador como a un individuo que tiene una identidad civil humana (un enfermero con crisis nerviosas) pero que afirma ser la deidad vikinga del trueno y actúa como si realmente proviniera de Asgard. Quienes le rodean consideran que tales afirmaciones son las de un lunático, pero el poder que maneja este tal Thor es incontestable, amén de ciertas habilidades que hacen que sus escépticos compañeros vacilen a la hora de mantenerse en su escepticismo. Así donde el original era recibido sin mayores cuestionamientos por parte del mundo que le acogía, el de Ultimate lo era con una mezcla de rechazo y esperanza. Más que una divinidad, estamos ante una suerte de gurú nuevaerense que lucha por la conservación del medio ambiente, escribe libros de autoayuda y denuncia constantemente los manejos en los distintos niveles del poder. Gráficamente, estos cambios son remarcados por la eliminación de algunas partes de su atuendo que hubieran podido considerarse como emblemáticas del original, como son la capa roja y el casco alado, dejándonos con una imagen que recordaba un poco a la del pensador y filósofo Terry Bollea (cuando aún tenía pelo). La pareja de autores británica hizo de la necesidad virtud, creando a un dios del trueno muy alejado, tanto del original marveliano como de la mitología nórdica. Las vaguedades en torno a su auténtica naturaleza configurar uno de los hilos argumentales más interesantes de la segunda serie-temporada de The Ultimates, al final de la cual se revelaba el misterio.
Ultimate Thor es una precuela que termina justo cuando el dios del trueno se incorpora a los Ultimates, en medio de la batalla contra Hulk. Ahora que ya conocemos quién es realmente este Thor, es tiempo de conocer algo más de su pasado, siendo los encargados de narrar tales orígenes el guionista Jonathan Hickman (que últimamente se prodiga con trabajos más que interesantes en Guerreros secretos o Los Cuatro Fantásticos) y el dibujante gaditano Carlos Pacheco (que venía de hacer con Millar el primer arco argumental de Ultimate Avengers, después de una larga estancia en DC). Ambos se encontraban con un problema que, probablemente, sea común a cualquier autor que se enfrenta a la tarea de escribir y / o dibujar las aventuras del dios del trueno. El Thor de los tebeos es un superhéroe, pero el original, aquél que podemos encontrar en la mitología nórdica y en los edda, era una deidad con bastante mal carácter, belicosa y ruda. La visión de Stan Lee y Jack Kirby eliminaba todos los elementos negativos y presentaba a una Asgard edulcorada donde, sin embargo, autores posteriores como Roy Thomas, Mark Gruenwald o Ralph Macchio aportaron material proveniente de otras versiones como los cantares nibelúngicos, las óperas wagnerianas o los descacharrantes panfletos magúficos de platillistas como el hotelero suizo Erich Von Däniken. Especial mención merece la labor del que, para muchos, es el autor definitivo que elabora la mejor etapa de The Mighty Thor, Walter Simonson, que diseña una Asgard netamente normanda y se basa magistralmente en la cultura vikinga. Todas las referencias mencionadas están marcadas por el profundo determinismo que impregna los relatos de la mitología nórdica. Los actos de dioses y héroes están regidos por un inflexible destino que desembocará en el ragnarok, la batalla del fin del mundo, siendo múltiples las historias del Thor marveliano relacionadas, vinculadas o deudoras de un acontecimiento que, sin embargo, es muy difícil que llegue a plantearse en ese contexto. Hickman y Pacheco presentan una historia donde se combinan los elementos más representantivos de los mitos (incluyendo el crepúsculo de los dioses) y del dios del trueno marveliano original (con la presencia de los Tres Guerreros o de Donald Blake). En dos tiempos conocemos del origen de Thor y de su camaredería con Balder y Loki, al tiempo que vemos algo más de lo que se contara en The Ultimates II, al narrarse el desarrollo de la versión europea del proyecto del supersoldado y las dificultades que el hombre escogido para el mismo tiene a la hora de adaptarse a su misión y a los instrumentos necesarios para acometerla.
Los dibujos de Pacheco nos presentan Asgard como una ciudad que evoca en su arquitectura reminiscencias escandinavas, pero tan brillante como en los diseños de Jack Kirby. Los diseños de los aesires recuerdan lejanamente a los que elaborara P. Craig Russell en su particular versión tebeística de la tetralogía del anillo. La existencia de estos dioses nórdicos también viene marcada por un destino del que difícilmente escaparan, pero Hickman aportara un elemento de benévola esperanza que nuevamente separa a estos ases de sus homónimos mitológicos. El pasado distante y el presente tienen un punto de conexión en el pasado próximo en el que el interés por lo oculto de ciertos jerarcas nazis sirve como motivo de presentación de la versión ultimate del Barón Zemo. El investigador del III Reich aparece aquí como colaborador de las dislocadas búsquedas de Heinrich Himmler, el siniestro genocida que comandara las SS yque pretendía encontrar en la Historia bases científicas que justificaran la superioridad de la raza aria. La aparición de un personaje tradicionalmente ligado al Capitán América viene a realizarse de modo y manera que es algo bien distinto de una mera adaptación del original.
Ahora que el estreno de la película de Thor viene acompañado por multitud de nuevos y viejos tebeos protagonizados por el personaje, hay que recomendar esta miniserie como uno de los productos más interesantes de la colección, porque explora a uno de los personajes más atractivos del sello Ultimate, y lo hace según las pautas marcadas inicialmente para él, olvidando afortunadamente la plana versión perpetrada por Jeph Loeb en The Ultimates III. Los autores hacen un trabajo ciertamente bueno, que si bien transita por caminos un poco gastados, aporta las suficientes dosis de entretenimiento como para no resultar aburridamente repetitivo.

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Ultimate Thor
1 al 4
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