martes, 9 de abril de 2013

El Triunfo de Hercules

Heracles trabajó durante doce años para el rey Euristeo, rey de Micenas, para expiar la culpa de haber matado en un acceso de locura a los hijos que había tenido con Mégara. Tras terminar los Doce Trabajos para Euristeo, Heracles repudió a Mégara, pues su vida con ella sería desdichada. Buscó entonces a otra mujer, y cuando escuchó que el rey Euritos de Oechalia deseaba casar a su hija, se dirigió a esta ciudad. Euritos había recibido de Apolo un arco maravilloso, que convertía a su dueño en un gran arquero.
Proclamó entonces que daría a su hija Yola en matrimonio sólo a aquél que lograra superarlo a él y a sus hijos en arquería. A pesar del arco de Apolo, Heracles los derrotó a todos con facilidad. Pero cuando Heracles se presentó en el palacio para reclamar a Yola, Euritos le dijo que había ganado sólo por usar sus flechas mágicas, que jamás fallaban el blanco. Además lo rechazó pues, al haber sido esclavo de Euristeo, no estaba a la altura para casarse con una princesa. Los hijos menores de Euritos apoyaron a su padre, y solo el mayor, Ifitos, dijo que debía dársele a Heracles la recompensa prometida. Euritos no escuchó razones y echó de su palacio a Heracles, quien no protestó pero juró vengarse. Poco tiempo después doce hermosas yeguas y doce mulas desaparecieron de los establos de Euritos, y las sospechas cayeron sobre Heracles. Pero Ifitos se rehusó a creer que el héroe fuera culpable del robo y se ofreció a buscar a los animales. En realidad las yeguas y las mulas habían sido hurtadas por Autolicos, quien tenía la habilidad de cambiar de forma. Autolicos las habían vendido después a Heracles, quien no sospechaba que fueran robadas. Siguiendo las huellas descubrió que el rastro se dirigía a Tirinto, en donde se encontraba Heracles. Pensó entonces que se había equivocado y que Heracles había cometido el robo para desquitarse de Euritos. Sin embargo no acusó a Heracles, sino que cuando lo encontró sólo le preguntó si había visto a los animales. Heracles no los reconoció por la descripción de Ifitos, pero como era un semidiós supo que Ifitos sospechaba de él. Prometió entonces buscar las yeguas y las mulas si Ifitos aceptaba tomarlo como huésped.

Después de un gran banquete y haber bebido demasiado vino, Heracles llevó a Ifitos a la torre más alta de Tirinto, y le preguntó si desde ahí veía a sus animales. Al contestar Ifitos que no, Heracles gritó: -¡Aún así, crees que soy un ladrón! -De inmediato arrojó a Ifitos de la torre, causándole la muerte. Al día siguiente Heracles tomó conciencia de su crimen, y viajó al oráculo sagrado de Apolo en Delfos para ser purificado y para preguntar sobre cómo debía expiar su culpa. Mas la pitonisa Xenoclea se negó a responderle, diciendo que no pronunciaría un oráculo para quien asesinara a su anfitrión. Heracles se enfureció y gritó que entonces él prepararía su propio oráculo. Tomó todas las ofrendas del santuario e incluso se apoderó del trípode sagrado desde el que la pitonisa emitía sus oráculos. Se presentó entonces el mismo dios Apolo y se inició una lucha portentosa. Las diosas Artemisa y Leto acudieron para calmar a Apolo, mientras que Atenea intentaba sujetar a Heracles. La pelea terminó con la intervención de Zeus, que arrojó un rayo entre Heracles y Apolo, y los obligó a hacer las paces. Al devolver las ofrendas y el trípode al oráculo, la pitonisa le dijo que para purificarse debía venderse como esclavo durante tres años y enviar el dinero a Euritos. Cumpliendo la sentencia de la pitonisa, el dios Hermes, protector de los mercaderes, llevó a Heracles a Asia, donde fue comprado por la reina Onfalia de Lidia. Hermes llevó el dinero pagado, tres talentos de plata, a Euritos, quien se rehusó a recibirlo, pues no compensaba la muerte de su hijo. Onfalia encomendó a Heracles librar a Lidia de los ladrones que acechaban en sus caminos, matar una serpiente gigantesca que devoraba personas y ganado, y otras hazañas. Según relata la leyenda, durante estas tareas Heracles no pudo dormir pues lo molestaban los Cércopes, pequeños seres traviesos, capaces de las mayores fechorías y mentiras.

Heracles los atrapó y los ató cabeza abajo en su maza. Llevados de esta manera, los Cércopes veían el trasero de Heracles, que no estaba cubierto por su piel de león y que después de tantas luchas y tantos días de estar al sol, estaba ennegrecido. Este espectáculo provocó la risa de los Cércopes, y cuando Heracles preguntó la razón de sus carcajadas, la respuesta lo hizo reír también. Los Cércopes lo convencieron entonces para que los liberara. Cuando los caminos de Lidia volvieron a ser seguros, Onfalia tomó a Heracles dentro de su cortejo. Para humillarlo lo obligó a vestirse con las ropas de sus doncellas, hizo trenzar sus cabellos y lo adornó con joyas y filigranas. A los pies de la reina Heracles debía hilar lana. Mientras tanto Onfalia se vestía con la piel de león del héroe y jugaba con su maza, con la que golpeaba el suelo cada vez que descubría que Heracles había cometido un error en el hilado. Al pasar el tiempo nació una gran pasión entre Heracles y Onfalia. Engendraron cuatro hijos, que fueron los ancestros de grandes reyes. Cuando estaba por cumplirse el tiempo de la condena de Heracles, salieron juntos a visitar los viñedos de Tmolos. Desde una colina cercana fueron vistos por el dios Pan, el de piernas de chivo. Al ver a Onfalia sintió un gran deseo por ella, y los siguió hasta una gruta donde pasarían la noche. En la gruta, como era su costumbre, se intercambiaron las ropas, mas no se unieron porque al día siguiente realizarían los sacrificios a Dionisos, y el ritual exigía que lo hicieran en estado de pureza. Al llegar la noche se acostaron en camas separadas. Pan entró silencioso en la gruta, y tanteando en la oscuridad sintió las suaves telas de la ropa de Onfalia, que Heracles tenía puesta. El deseo lo llevó a levantar la tela y palpar bajo ella. Grande fue su sorpresa cuando descubrió la virilidad de Heracles, que se despertó en ese momento al sentir que lo tocaban y de una patada lanzó al infortunado Pan contra las paredes de la gruta. Con el ruido Onfalia se despertó, y descubrieron a Pan, quejándose adolorido en el suelo. Entre risas lo echaron de la gruta, y desde ese momento Pan aborreció los vestidos, y exigió a sus adoradores celebrar desnudos sus ritos. Al terminar la condena de Heracles, Onfalia lo dejó partir con ricos presentes y celebró con él sacrificios a Zeus, para asegurar su benevolencia.

domingo, 7 de abril de 2013

El Solitario y el Primer Hombre


George Catlin relata que los mandanos, una tribu de indios de Norteamérica, danzan el baile de los búfalos para que vengan los búfalos. Bailan hasta que éstos llegan, y -- según el testigo de Catlin -- nunca ha fallado como trabajo esencial y fundamento de la reproducción de la tribu. Después, cazar y matar a los búfalos sólo es un asunto técnico. Este informe sobre una ceremonia de sacrificio en la cual la danza y el canto forman el trabajo al cual la comunidad debe su pervivencia lo confirma Carl Lumholtz en una investigación sobre el papel del baile entre los indios tarahumara de México. Para que el padre sol y la madre luna los provea de lluvia fértil y otras necesidades, no únicamente tienen que sacrificar, sino que también siempre deben bailar. Y su palabra para bailar, nolávoa, es igualmente su palabra para trabajar.
Cuando durante la fiesta, a los miembros de la tribu que están afuera, parados en la orilla de la plaza de baile, les dicen: ¿por qué no te pones a trabajar?, esto quiere decir que tienen que bailar. Este es el verdadero trabajo. Ellos bailan para evitar enfermedades en los hombres, los animales y las plantas; para atraer la lluvia y en contra del exceso de lluvia; para el éxito en las labores del campo, las cosechas y las piezas de caza; para los nacimientos, las bodas y los funerales. No hay ningún asunto importante en la vida de la tribu y de sus miembros que no se realice por medio de un baile. Lumholtz explica que durante la cosecha, en la plaza de baile, un miembro de la familia siempre tiene que bailar, mientras los otros recogen la cosecha en el campo; además sostiene que los tarahumaras dicen que el trabajo de bailar es, con mucho, el trabajo más pesado. Para ellos, el baile significa el propio fundamento de la vida.

Los mandan son una tribu india de lengua siux, cuyo nombre proviene de «mawantani» (gente del río) aunque ellos se hacían llamar «numakaki» (hombres). Los siux teton les llamaban «miwahtoni». En 1750 tenían 9 poblados, pero en 1800 sólo quedaban dos. Se dividían en varias bandas o «Is' tope» (aquellos que se tatúan): «Nup'tadi» (sin traducción), la más numerosa; «Ma'nana'r» (aquellos que se pelean); «Nu' itadi» (nuestro pueblo); y «Awi' ka-xa» (sin traducción). Eran sedentarios y vivían en cabañas circulares de tierra, arcilla o madera, que tenían de 12 a 18 metros de diámetro, agrupadas en pueblos rodeados de fosos y estacas. Se distinguían de los siux físicamente. Algunos etnólogos los creían descendientes del rey galés Madoc, quien en 1100 aproximadamente, salió de Gales en barcos hacia el Oeste y ya no volvió. Afirmaban que se estableció en Luisiana y remontó el río Misisipi. Madoc era un rey galés druida, y hay fuentes que afirman que partió hacia norteamérica y que realmente sí que se asentó en el río Knife. Los mandan no solo se parecían físicamente a los galeses, sino que además las historias que se contaban alrededor del fuego y las costumbres, así como los conocimientos en materia de medicina, se asemejaban a los de los druidas galeses.

Según ellos, vivían en el interior de la tierra, en las orillas de un lago, donde había una cepa. Por ella subió la mitad de la tribu, pero la otra mitad no lo pudo hacer. No eran muy guerreros. Vivían del cultivo del maíz, calabazas y quenopodio, y de la caza del bisonte. Sus canoas circulares eran de corteza o de cuero curtido muy similares a los curraghs galeses, lo que alimenta la teoría de un asentamiento druídico. Curtían pieles de ciervo o bisonte, secándolas al sol. Las mujeres estaban poco consideradas, las casaban a los 12 años y eran esclavas del marido. Aun así, la línea femenina regía en el parentesco, en las dos primeras castas les era permitida la poligamia y, generalmente, las esposas del mismo hombre eran hermanas. Había tres castas: caudillos, guerreros y plebeyos, cada una de ellas con un tótem protector que intercedía ante el Gran Espíritu por su protegido. Tenían escasas nociones religiosas, y se les consideraba muy supersticiosos, pero tenían ceremonias espectaculares y llenas de simbolismo, y sociedades secretas para hombres y mujeres, ordenadas según la edad. Creían que el Espíritu del Mal estaba en el cielo para tentar a los buenos, y que el Espíritu del Bien estaba en el infierno para castigar a los malos. Celebraban también la Okipa o danza del Sol. Envolvían a sus muertos con pieles de bisonte, para que no entrara aire, y los colocaban en un catafalco con los pies hacia el este. Cuando el catafalco se deshacía, quemaban los restos del difunto, excepto el cráneo, que era colocado en tierra. Cuando perdían a un pariente se cortaban los cabellos y a veces las falanges. Eran aliados de los hidatsa, de quienes adoptaron sus costumbres, y más tarde de los arikara.

sábado, 6 de abril de 2013

Tesoro de Cuentos Clásicos - Jack el Cazagigantes


Jack the Giant Killer "es un cuento de hadas británico sobre un muchacho valiente que mata a un número de gigantes durante el reinado del rey Arturo. El cuento se caracteriza por la violencia, gore, y el derramamiento de sangre. Gigantes son prominentes en Cornish folclore, Breton la mitología y el galés lore bardo. Algunos paralelismos con elementos e incidentes en la mitología nórdica se han detectado en la historia, y las trampas de la última aventura de Jack con el Galigantus gigante sugerir paralelismos con franceses y bretones cuentos de hadas, como Barba Azul. cinturón de Jack es similar al cinturón de "El sastrecillo Valiant", y su espada mágica, zapatos, gorra, y la capa son similares a los de propiedad de Tom Thumb, o las que se encuentran en la mitología galesa y nórdica. Ni Jack ni su historia se hace referencia en la literatura Inglés antes del siglo XVIII, y su historia no aparecieron en la prensa hasta 1711.
Es probable un editor emprendedor monta una serie de anécdotas de los gigantes para formar el 1711 cuento. Un erudito especula que el público se había cansado del Rey Arturo - el más grande de todos los asesinos gigantes - y Jack fue creado para llenar sus zapatos. Henry Fielding, John Newbery, el Dr. Johnson, Boswell y William Cowper estaban familiarizados con la historia.La historia se desarrolla durante el reinado del rey Arturo y le dice al hijo de un joven granjero llamado Jack Cornish que no sólo es fuerte, pero tan inteligente que fácilmente confunde a los sabios con su ingenio penetrante. Jack se encuentra con un gigante devorador de ganado llamado Cormoran (Cornish: "El gigante del mar") y lo atrae a su muerte en una trampa de abismo. Jack es apodado "Jack the Giant-Killer 'de esta hazaña y recibe no sólo la riqueza del gigante, sino una espada y el cinturón para conmemorar el evento. Otro gigante, Blunderbore, jura venganza por la muerte de Cormoran y lleva a Jack fuera de un castillo encantado. Jack logra matar Blunderbore y su hermano rabeles en la horca y puñaladas.
Él libera a tres mujeres cautivos en el castillo del gigante. En un viaje a Gales, Jack engaña a un gigante galés de dos cabezas en recortar su vientre abierto. Hijo del rey Arturo entra ahora en la historia, y Jack se convierte en su sirviente. Pasan la noche con un gigante de tres cabezas y le roban la mañana. En agradecimiento por haber salvado su castillo, el gigante Jack da una espada mágica, una gorra de conocimientos, un manto de invisibilidad, y los zapatos de celeridad. En el camino, Jack y el príncipe se reúnen una señora encantada de servir Lucifer. Jack rompe el hechizo con sus accesorios mágicos, decapita a Lucifer, y la señora se casa con el príncipe. Jack se ve recompensado con la pertenencia a la Mesa RedondaJack se aventura a solas con sus zapatos mágicos, espada, capa y gorra para librar al reino de los gigantes problemáticos. Se encuentra con un gigante aterrorizar a un caballero y su dama. Él cortó las piernas del gigante y luego lo pone a la muerte.
Descubre compañero del gigante en una cueva. Invisible en su capa, Jack cortó la nariz del gigante y luego lo mata hundiendo su espada en el ano del monstruo. Él libera a los cautivos del gigante y vuelve a la casa del caballero y la dama a la que antes había rescatado. Un banquete está preparado, pero interrumpido por la bicéfala Thunderdel gigante gritando "Fee, fau, fum". Jack derrotas y decapita el gigante con un truco que implica foso y puente levadizo de la casa. Está cansando de las festividades, Jack ocurrencias vuelta para más aventuras y se encuentra con un anciano que le dirige a un castillo encantado perteneciente al Galigantus gigante (Galligantua, en la versión de Joseph Jacobs). El gigante tiene cautivos a muchos caballeros y damas y la hija de un duque, que se ha transformado en una cierva blanca a través de la potencia de un hechicero. Jack decapita el gigante, huye el hechicero, la hija del duque se restaura a su verdadera forma, y los cautivos son liberados. En la corte del rey Arturo, Jack se casa con la hija del duque y los dos se dan una finca donde viven felices para siempre

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Joyas de la Mitología - Hércules y el Cancerbero


Los bueyes de Gerión Décimo trabajo de Hércules.
Esta vez debía buscar al gigante Gerión, darle muerte y robarle sus ganados. Gerión era un gigante de 3 cuerpos unidos por el vientre. Tenía al cuidado de su gran rebaño a un perro de dos cabezas hermano del Can Cerbero, el guardián de los infiernos. Cuando llegó le salió al encuentro el perro de 2 cabezas al que Hércules abatió a mazazos. Después salió el gigante Gerión al que Hércules abatió con certeros flechazos. Hércules emprendió el camino de regreso llevando consigo los rebaños de Gerión. El camino fue fatigoso y perdió algunos bueyes.
Las manzanas de oro Undécimo trabajo de Hércules. Euricles le ordenó a Hércules que robara las mazanas de oro del Jardín de las Hespérides. Estas manzanas pertenecían a Hera y estaban custodiadas por un dragón de 3 cabezas. Hercules tras superar varios peligros consiguió llegar al jardín, matar al dragón y llevarse las manzanas. Al entregárselas a Euristeo le dijo que provocaría la cólera de los dioses por lo que Euristeo las rechazó. Hércules se las entregó a Atenea y ella las volvió a poner donde estaban.
El Can Cerbero Duodécimo y último trabajo de Hércules. Esta vez y para quitárselo definitivamente de encima le ordenó que le trajera al Can Cerbero que custodiaba las puertas del infierno. El Can Cerbero era un perro monstruoso de tres cabezas y cola de serpiente. Hércules lo venció con sus propias manos y se lo llevó vivo ante Euristeo.

Cuando Euristeo lo vio llegar se metió corriendo en su tinaja y le dio la libertad a Hércules, el cual, volvió a poner al Can Cerbero en la puerta del infierno, el lugar que le correspondía. Desesperado Euristeo por haber fracasado en su intento de deshacerse de Hércules, le encomendó la última tarea, una que era imposible que un ser vivo llevara a cabo: la captura del perro del Hades, llamado Cerbero. Este monstruo tenía tres cabezas y cola de dragón, además de llevar enroscadas en el torso y la cabeza numerosas serpientes venenosas. Hércules se hizo iniciar en los misterios eleusinos para descubrir la mejor forma de llegar hasta el Hades sin daño a su persona. El héroe consiguió la ayuda de Hermes, el conductor de almas, quien lo acompañó y guió hasta donde comenzaban los dominios de Hades, el dios de la tierra de los muertos. Al ver al hombre todavía con vida, todas las almas huyeron aterradas, solo permanecieron allí la gorgona Medusa y Meleagro. Hércules tomó su espada para acometer a Medusa, pero Hermes lo detuvo y le explicó que allí nadie tenía una existencia material, eran solo sombras que no serían dañadas por ninguna espada.

Meleagro se acercó a los dos visitantes y relató la forma en la que había perecido, lo hizo de forma tan conmovedora que Hércules no pudo evitar las lágrimas y juró que se casaría con su hermana, Deyanira. Luego Hércules divisó a Teseo y Piritoo, grandes amigos suyos que habían sido atrapados por Hades cuando trataban de rescatar a Perséfone. El héroe pudo rescatar a Teseo, pero no consiguió hacer lo mismo por Piritoo. Finalmente, Hércules llegó hasta Hades y éste le indicó que no podría usar más que sus manos y una piel de león para la tarea. Cerbero y Hércules sostuvieron una lucha terrible, como vemos en la imagenPero la batalla se comenzó a decidir cuando el hijo de Zeus pudo sujetar con sus poderosos brazos las tres cabezas del animal e, ignorando las tremendas picaduras que sufría por parte de la cola de la bestia, subió a la superficie. Al ver al animal ser traído, Euristeo volvió a esconderse dentro de una vasija, como era habitual cada vez que Hércules le traía una de sus capturas. Al no saber qué hacer con esa bestia, Euristeo ordenó a Hércules que lo devolviera a Hades, cosa que hizo inmediatamente. Terminan así los doce trabajos de Hércules, quien luego de proezas consideradas imposibles superó todos los desafíos y recobró al fin su libertad, cubierto de gloria por los siglos de los siglos, como el máximo héroe de la antiguedad.


miércoles, 3 de abril de 2013

Cartikeya

 En la religión hinduista, Kārttikeya es el hijo del dios Shivá y la diosa Pārvatī. Tiene seis cabezas. Es el dios de la guerra, porque dirige los gana (las ‘huestes’ del dios Śivá) contra los ejércitos de los demonios. Según el Majábharata, la enfermedad skandá graha (el ‘ataque de [el dios] Skandá’), que mata a los bebés, es producida por él.1 En Malasia se lo conoce como Murugan. Hay varios mitos relacionados con su nacimiento.

De acuerdo con una leyenda —según el Atharva Veda, el Taittirīya Samhitā y el Śatapatha Brāhmana—, Kārttikeya nació sin la participación de Pārvatī. En una ocasión, el semen de Shivá (que según algunos tenía forma de rayo) cayó en el fuego. Era tan caliente y brillante que sólo podía tocarlo Agní, el dios del fuego. Siguiendo las instrucciones de Śivá, Agní depositó este semen en el río Gangā (el Ganges). La diosa Gangā entonces lo nutrió, hasta que un bebé con forma humana, Kārttikeya, surgió del río. Por eso a veces se dice que Kārttikeya es hijo de Agní y Gangā. El bebé fue alimentado por las seis Krittikás (las apsarās-ninfas, que en Grecia se conocieron como las seis Pléyades).
Para poder aceptar simultáneamente cada uno de estos pechos, el bebé desarrolló seis cabezas. Otra versión dice que Śhivá emitió centellas de fuego de sus ojos que, cayendo en el lago Savarana, se convirtieron en seis niños, que fueron criados por las esposas de los rishis. Cuando la diosa Pārvatī vio a esas seis criaturas se sintió transportada por su belleza, y las abrazó los seis cuerpos con tanta fuerza que se convirtieron en uno solo, aunque conservaron las seis cabezas y los seis pares de brazos.Kārttikeya cabalga un pavo real y utiliza lanza y flechas en combate. En la bandera de su ejército aparece un gallo. Kārttikeya es el dios de los ladrones y estafadores.Las leyendas tamiles dicen que Kārttikeya se casó con dos deidades, Valli y Davayani. La fiesta de Thaipusam, celebrada por las comunidades tamil de todo el mundo, conmemora el día en que Pārvatī le dio un vel (lanzón) para que venciera al malvado demonio Sura Padam (también conocido como Sura Padman). En la guerra contra Surapadma, Karttikeya lo partió en dos, convirtiéndolo en pavo real y gallo, que son su cabalgadura y su bandera, respectivamenteSkanda era el mayor de otros seis hijos engendrados por Shiva.


 Un día Parvati abrazó a todos los niños juntos con tanta fuerza que se fundieron en un solo cuerpo con seis cabezas. Skanda, que era el dios de la guerra del hinduísmo, se convirtió en un joven apuesto, lo contrario que su pequeño hermano Ganesh, con cabeza de elefante. Skanda, cuando tuvo edad sufiente, mató al demonio Taraka, que habia estado sojuzgando a los dioses. Ganesh de modo diferente, había nacido de la suciedad de Parvati en su baño. Existen distintas versiones en relación con el modo en que adquiere su cabeza de elefante: en una de ellas, se dice que Parvati le pide que impida que nadie la moleste mientras toma su baño y cuando impide el paso de Shiva, éste le quema la cabeza con su tercer ojo. En otra, Shiva, que había estado ausente, no reconoce a su hijo y le quema la cabeza porque piensa que estaba cortejando a Parvati, finalmente, en una tercera versión, el planeta Saturno, mientras está cuidado al bebé Gamesh, se olvida del poder de su mirada y le quema la cabeza por accidente. En todas las versiones, luego la cabeza de Gamesh es sustituida por la de un elefante.

Garuda


Garuda es una figura mitológica de la antigua India, se creía que era un devorador de serpientes y el rey de los pájaros. Su cuerpo era mitad hombre y mitad águila. En la mitología Hindú, es a menudo representado volando a lo largo del cielo cargando al dios supremo Vishnu y a su esposa Lakshmi. Los nagás cuentan con un enemigo por encima de todos los seres del Majábharata, el enorme hombre-pájaro llamado Garudá.

Cuenta la leyenda que Kashiapa tendría la fortuna de contar con dos hermosas esposas, Kadru y Vinata. Mientras la primera tenía claro que quería complacer a su marido con muchos hijos, la segunda, Vinata, decidió que serían pocos pero con un gran poder. Con el paso del tiempo sus deseos se vieron hechos realidad. Kadru pondría mil huevos, de los que nacerían los nagás, mientras Vinata pondría sólo dos huevos. De los huevos de la segunda esposa nacerían Aruna y Garudá. Cuenta el Majábharata que la relación entre las dos esposas no era del todo buena. Así, por culpa de una apuesta, que ejemplificaba su constante competitividad, Vinata se convertiría en la esclava de Kadru. Asimismo, Garudá tendría que cumplir todas las órdenes que las serpientes, hijas de Kadru, le dieran. Este fue precisamente el origen del odio visceral que tomó Garudá ante los nagás. A pesar de que cumplía rigurosamente todas las ordenes, el recelo iba creciendo en él. Finalmente, Garudá decidió librarse de ese yugo y preguntó a las serpientes como podría desvincularse de sus órdenes, estas le contestaron que tendría que llevarles un poderoso elixir que les diera la inmortalidad.

Garudá cumplió su palabra, obtuvo la libertad y además consiguió, mediante una trampa, evitar que las serpientes alcanzaran la inmortalidad deseada. A partir de ese momento en el que Garudá fue libre, las serpientes o nagás se convertirían en sus principales enemigas y además en su manjar favorito. En algunas historias Hindues se dice que Garuda representa a los rayos del Sol. Su padre fué uno de los siete grandes sabios, los Rishis. Se dice que Garuda le robó el agua de la vida a Indra. En la batalla por recuperarla, la criatura voladora le rompió el rayo a Indra.Es un pájaro mítico, considerado un dios menor (o semidiós) en el hinduismo y en el budismo.

Generalmente es iconizado como un águila gigante y antropomórfica: cuerpo humano de color dorado, rostro blanco, pico de águila y grandes alas rojas. Es muy antiguo, enorme y puede tapar la luz del sol.Se considera que Garudá es la forma malaya del ave Fénix (ser mítico que podía renacer de sus cenizas). Indonesia y Tailandia tienen esta ave como símbolo nacional. La línea aérea nacional de Indonesia se llama Garudā Airlines.Los japoneses también conocen a Garudá, a quien denominan Karurá. Dicen que Garudá comía a sus enemigos serpientes hasta que un príncipe budista le enseñó la importancia del vegetarianismo. Entonces Garudá resucitó a todas las víboras que había comido y digerido.Probablemente la palabra sánscrita garudá provenga de la raíz grī y signifique 'devorador', quizá porque antiguamente era identificado con el devastador fuego del Sol.
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Joyas de la Mitología - Atalanta La Cazadora

Atalanta fue una heroína vinculada al ciclo arcadio como relacionada con las leyendas beocias, consagrada a Artemisa y reconocida por sus inmejorables habilidades para la caza. Sus orígenes varían según la versión del mito. Así, puede considerarse como hija de Yaso, descendiente de Árcade, y de Clímene, quiene era hija de Minia rey de Orcómeno. Para Eurípides y otros, su padre es más bien Ménalo, por quien la isla Ménalo fue nombrada. Sin embargo, la versión más difundida, especialmente desde Hesíodo, es en la que Atalanta es hija de Atamante y Temisto, gracias a lo cual se relaciona con la cultura beocia.
Su padre quería únicamente hijos varones y por eso al nacer Atalanta, la abandonó en el monte Partenio a su suerte. Ella pudo sobrevivir gracias a que una osa la cuidó y la amamantó, hasta que unos cazadores la encontraron y decidieron criarla. Una vez que se convirtió en una bella y ágil mujer, Atalanta decidió no casarse y mantenerse virgen para consagrarse a la diosa de la cacería, Artemisa, a quien emulaba con sus acciones. Por ello, Atalanta vivía en el bosque cazando y llegó a ser una de las cazadoras más renombradas de la antigüedad. Como mujer que era enfrentó muchos peligros, como cuando dos centauros -Reco e Hileo- quisieron violarla, pero ella siempre pudo defenderse gracias a sus inigualables habilidades, y mató a los centauros con sus flechas. Su fama se difundió sobre todo después de participar en la cacería del jabalí de Calidón y luego de obtener el premio a la carrera en los juegos fúnebres organizados en nombre de Pelias, donde compitió con Peleo, padre de Aquiles, el de los pies ligeros, héroe del ciclo toryano. Además de estar consagrada a Artemisa, lo que implicaba que debía mantenerse virgen, Atalanta había recibido un oráculo en el que se le anunciaba que el día en que se casara, iba a ser convertida en animal.
Por ello, y para evitar cualquier pretendiente, anunció que su esposo sería sólo aquel que lograra vencerla en la carrera, con la condición de que si ella triunfaba, debía matar a su oponente. Sin embargo, a pesar del peligro, muchos lo intentaron e irremediablemente perecieron, pues ella era invencible, aún cuando la joven siempre les daba alguna ventaja al inicio de la carrera. Ahora bien, como era de esperarse apareció el joven que logró vencer a Atalanta en la competencia. En algunas versiones se dice que fue Hipómenes, hijo de Megareo, o también Melanión, hijo de Anfidamante y por tanto primo hermano de la cazadora virgen, cuando se la considera hija de Yaso. El apuesto oponente decidió probar suerte en la carrera para obtener la mano de Atalanta, pero tenía una gran ventaja y es que llevaba con él unas manzanas de oro que le había regalado Afrodita, diosa del amor, y que procedían probablemente del jardín de las Hespérides o de un santuario de la diosa en Chipre. Durante la competencia, cada vez que Atalanta le iba a dar alcance, el joven dejaba caer una de las manzanas, que Atalanta se detenía a recoger, ya sea fascinada por su belleza o incluso dispuesta a dejarse engañar porque realmente había sido conquistada por el atrevido joven. En fin, como ella se distraía con cada manzana que caía, el joven pudo vencerla y así obtuvo su mano. La pareja muy enamorada vivió feliz durante un tiempo, compartiendo sus cacerías y hazañas.
En una de estas persecuciones, los esposos entraron en un santuario de Zeus (aunque a veces se dice que de Cibeles), y enemorados como estaban se detuvieron y gozaron de su amor. Zeus montó en cólera por el sacrilegio y transformó a la pareja en dos leones. Aparentemente, los griegos creían que los leones no se cruzaban entre sí, sino que lo hacían con los leopardos, de manera que al convertirlos a ambos en leones, Zeus estaba no sólo quitándoles su condición humana, sino condenándolos a una vida separada. Otra versión de este suceso, es que después de la cacería en que el joven había vencido a Atalanta, éste no había agradecido a Afrodita su ayuda para poder vencer a la bella muchacha, y entonces la diosa molesta, provoca la profanación del templo, hecho por el cual Zeus los castiga y los convierte en leones. Atalanta dio a luz un hijo, Partenopeo, que participó en la primera expedición de los siete contra Tébas. A veces se dice que este niño fue fruto de su matrimonio, pero también hay leyendas que indican que es hijo de Ares o de Meleagro. Atalanta fue tan importante que de hecho hay varios mitógrafos, como Apolodoro, que la incluyen entre los Argonautas, grupo de héroes de la antigüedad que partió en un difícil viaje en busca del bellocino de oro. Ella, como era de esperarse, fue la única mujer que participó en esta travesía. En Epidauro, estaba la fuente de Atalanta, y se decía que en una cacería, la joven tuvo sed por lo que golpeó la roca con su jabalina, de donde brotó al instante la fuente. Atalanta es de gran importancia, pues simboliza la mujer contestaria que se rebeló contra todos los esquemas patriarcales de la Grecia antigua y logró obtener el respeto de sus contemporáneos así como de la posteridad.

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