sábado, 20 de agosto de 2016

La Princesa Eréndira 


La princesa Eréndira fue una integrante de la nobleza tarasca que vivió entre 1503 y 1529, en la época en que los españoles llegaron a Michoacán. Tenía 16 ó 17 años cuando los españoles llegaron a México. Fue hija del cazonci purépecha, Tangáxoan Tzíntzicha, que se rindió ante los españoles tras la caída del Estado mexica en 1521.
Su nombre purépecha Erendirha significa "Mañana risueña". La biografía de la princesa Eréndira y su papel como heroína aparece por primera vez en el libro de Eduardo Ruiz Michoacán, Paisajes, Tradiciones y Leyendas (1891), y está basada supuestamente en una tradición michoacana. Es posible que contenga pasajes que no necesariamente hayan sido reales. De acuerdo con ella, Eréndira fue la líder de la resistencia purépecha contra los españoles. Eréndira aparece en el mural pintado por Juan O'Gorman en la biblioteca pública Gertrudis Bocanegra de Pátzcuaro. El cineasta Juan Mora Catlett llevó en 2007 esta historia al cine, en la película Eréndira Ikikunari (la Indomable).

El bendito Padre Fray Martín de Jesús fue español, de Galicia, natural de la ciudad de Coruña; tomó el hábito en la santa provincia de Santiago, de la cual se pasó a la de Sn. Gabriel y de allí a estas tierras con deseo de la salvación de las almas, siendo uno de aquellos doce primeros apóstoles que vinieron a la conquista espiritual y a fundar la iglesia de este nuevo orbe. «Habiendo ganado -dice el Padre Tello- en el año de 1522 el insigne capitán D. Fernando Cortés la gran ciudad de México, se limpiaba de las inmundicias de los cuerpos muertos que de la guerra pasada había en ella y se enderezaban los edificios derribados, calzadas y cañerías; y de allí determinó despachar a diversas provincias sus capitanes, y a uno de ellos, que fue el maese de campo Cristóbal de Olid, le envió al reino de Michoacán, que luego se le dio de paz, porque el rey Chibanga había enviado a dar la obediencia a Cortés; y habiendo heredado el reino por su muerte su hijo Calzontzin, se fue con Cristóbal de Olid a México y dio la obediencia al rey de Castilla, ofreciéndose a sí y a su reino al servicio de Cortés en el año de 1525.


Habiendo ya venido a México aquellos santos primeros apóstoles el año de 1524, y aficionado Calzontzin de su modo de vida y ley que predicaban, según que está informado, vio a los religiosos, comunicóse con ellos muchos días, y ellos le decían las cosas de nuestra fe y cómo sin ella nadie se puede salvar; oyólos con gusto el rey y después de haberle catequizado algunos días, instruido ya en la doctrina cristiana, a petición suya fue bautizado y puesto por nombre D. Francisco Calzontzin. Bautizado, pues, pidió con muchas instancias al padre Fray Martín de Valencia, como prelado que era, le diese algunos de sus compañeros para que predicasen la ley evangélica y la diesen a conocer a sus vasallos, prometiéndoles ayuda en todo. Entonces el santo Fray Martín de Valencia, viendo que era justificada su petición y que quien le pedía era la persona suprema del reino, que son los que más fácilmente reducen a los menores a las cosas que quieren, señaló por prelado y primer obrero de aquella viña y predicación evangélica al santo Fray Martín de Jesús, (que por otro nombre se le llama de la Coruña).

El bendito Padre, que ninguna cosa tanto deseaba, dio muchas gracias a Dios por ver sus cumplidos y abierta tan grande puerta para la predicación del Evangelio; y en compañía de Fr. Andrés de Córdova, religioso lego, fue de Michoacán, yendo con ellos el rey D. Francisco; y llegados a la ciudad de Zinzóntzan, corte y metrópoli del reino, habiendo señalado puesto para fundar el convento, el santo Padre Fr. Martín, verdadero imitador de nuestro Padre San Francisco de Asís en el espíritu de la santa pobreza, lo hizo de palos y paja, y en él decía misa; y luego los benditos Padres con alas de divino espíritu, corrieron todos los pueblos y provincias de Michoacán hasta Zacatula, Motines y Colima, predicando el santo evangelio, que parece cosa imposible que dos religiosos a pie y descalzos caminasen sin viático, con tanta velocidad, serranías fragosísimas y valles de espesísimas arboledas, espinos y manglares, llenas de pobladas de animales feroces y sabandijas ponzoñosísimas, que aún el día de hoy, con aventajadísimas comodidades se caminan dificultosamente. (P. Tello en 1560). Volvió el Padre Fr. Martín de Jesús a la ciudad de México a dar noticia a su santo prelado de la abundantísima mies que habían visto; y así el religioso superior, Fr. Martín de Valencia, con orden y consejo del capitán general D. Fernando Cortés, nombró otros sacerdotes que fuesen en compañía del P. Fr. Martín a la conversión de aquellos reinos; y a los fines del año 1527 y principios del 28 señalaron para esta empresa a los benditos Padres Fr. Angel de Salcedo, Fr. Gerónimo de la Cruz, Fr. Juan de Badía o Badillo y Fr. Juan de Padilla.
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